Todos esto que te voy a contar en este posteo son extractos de mis diarios de viaje. Descubrí que cuando viajas sola hay tantas cosas que te pasan, que escribirlas es la única forma de que sean reales. Al principio “mis diarios” eran un montón de notas aleatorias en la aplicación de notas del celular. Ahora, son esas mismas notas, pero agregándole el componente de que todas las noches me siento a transcribirlos a un diario en papel, mientras leo lo que escribí en el celular mientras veo las fotos que saqué.

El gran miedo de morir en el intento

Es un miedo muy grande de muchas mujeres. Conozco más personas que nunca viajaron solas de las que lo hicieron. Puede que sea algo cultural, un miedo que por lo menos a las chicas de mi generación se nos despertó por ciertos eventos donde mujeres viajeras eran víctimas. El miedo al extraño que te puede seguir, las decenas de películas donde padres ex marinos salvan a sus hijas de una trata de blancas.

Hay una enorme narrativa donde se nos quiere meter miedo a viajar. Quiero creer que inofensivamente, o por lo menos “por nuestro bien”. No vengo acá a decirte que no es verdad. Es verdad, muchas cosas horribles les pasaron mujeres mientras viajaban. También te puedo decir que muchas cosas feas les pasaron a mujeres en su casa mirando la tele.

No hay un lugar que sea peligroso, hay gente peligrosa en todos los lugares. Ser una mujer que está sola en un cualquier lugar es peligroso, parece. Pero no.

Si esperas a otros para empezar a vivir tu vida, se te va a ir. Los momentos que uno tiene para hacer lo que quieren son finitos. Por eso vengo a ayudarte a que te animes. Eso es todo, una vez que te animas, no hay nada más. Te vas a enamorar de viajar con vos misma.

El monólogo interno

Los humanos contemporáneos hacemos absolutamente todo lo que podemos para no estar a solas con nuestros pensamientos. Buscamos una forma de entretenerlos con absolutamente todo lo que podemos. Como ya dije antes

“El viajar es un placer

que no suele suceder”

Por esa razón, los pensamientos que surgen cuando estamos viajando, tampoco suelen suceder. Las situaciones, probablemente no te vuelvan a pasar. Sos vos, con vos misma, nadie más para procesar todo lo que está pasando. Lo más hermoso que me paso fue que descubrí que me caigo muy bien. Me disfruto, me gusta mi compañía.

Sin embargo, por ahí llegué a sentir esa soledad. Lo bueno es que el internet puede ayudar a sentir que estás con alguien aunque sea un rato. Hay momentos de silencio donde uno le gustaría tomarle a alguien de la mano. Pero son necesarios estos momentos. Te hacen extrañar, te hacen apreciar al otro y su tiempo de calidad. Por ahí parece un poco contradictorio, que apreciemos algo solo porque no lo tenemos.

Una sola decisión

Cuando estás con alguien, las ideas son compartidas. Con quién uno viaja impacta mucho en las vivencias. Si uno viaja con alguien que es muy diferente puede llegar a ser un conflicto de intereses. Es hermoso viajar con alguien con quien amas y con quien no discutís mucho. Pero el problema es cuando no se pueden decidir.

En mis viajes a puertos me ha pasado de bajar con gente que tenía planes muy distintos a los que yo quería hacer. Terminé en algún pub, comiendo papitas cuando en realidad yo quería ir a caminar a unas ruinas o a un museo. No es que piense que todos mis planes son geniales, pero son los que YO quiero hacer. A veces cuando me muevo sola termino haciendo lo que más me hace feliz. Me tomo mi tiempo en sacar fotos, sin sentir que me apuran. El poder de poder elegir lo que vos quieras es algo que probablemente no cambiaría por la compañía de casi nadie.

Espero que puedas animarte. Animarte a viajar sola es un camino de ida y probablemente lo termines prefiriendo. Por mi parte me encanta viajar con mi pareja, y lo voy a seguir haciendo. Pero descubrí en mis últimos contratos que también puedo hacerlo sola, y disfrutarlo mucho.