Cómo animarte a sacarte fotos en cualquier lugar
Su humilde servidora puede parecer muy suelta, pero no lo es, o mejor dicho no lo era. Me costó mucho sacar fotos y pero sobre todo sacarme fotos. Me costó un montón verme en la cámara y encontrar algo que me guste de mi misma. En este posteo voy a darte el paso a paso que fui siguiendo para conseguir perderle el miedo a sacarme fotos en público, en cualquier lugar.
Sacate fotos en privado
Conseguite un trípode y ponelo en tu cuarto. Pone la cámara en modo selfie e intenta verte a vos misma.
Es clave que no mires todos los defectos. Todos tenemos cosas que nos gustan y nos disgustan. Es una conversación que podés tener con vos misma en cualquier momento, pero cuando te estás sacando fotos no es el momento. No entres en una espiral de cosas que “tenés que cambiar”
Intenta encontrar por lo menos una cosa que te gusta de lo que ves. Puede ser una parte de tu cuerpo o incluso una parte de tu outfit. Lo más importante es que encuentres algo positivo para decirte a vos misma en este momento que te cuesta tanto.
Cada vez que lo hagas sacate cada vez más fotos, pasa más tiempo frente a la cámara. Te va a costar, no te exijas. Hace lo que puedas, nada de lo que hagas sirve si te castigas a vos misma por no lograrlo.
Recordá que esto es algo que estás haciendo sola, y una vez que te conozcas vas a poder pedirle a otros que te saquen fotos.
Probá distintas poses y mira como salís. Intenta salir de tu zona de comfort, no solo te sientes o te pares ahí mirando a la pantalla. Buscate la mirada, encontrá tu alma.
Animate a posar enfrente de alguien que confíes
En este paso hay que hacer énfasis en “confianza”. Es muy importante que la persona que te saque fotos después de todo este tiempo en el que estuviste entrenando tu aceptación sea alguien que no te tire para abajo.
En este caso, la persona tiene ser quien te levante y no te tire para abajo. Buscá a alguien estas quien le puedas explicar lo que estás haciendo, por lo que estás transitando.
Vamos a ir paso a paso. Sacá fotos en un lugar donde estén ustedes solos o solas. Tu casa o su casa, solo ustedes y la cámara. Tomate todo el tiempo que necesites. Recordá las poses que practicaste. No te olvides de ser paciente y bondadosa con vos misma.
Si no te sentís cómoda, no sigas. No te exijas solamente porque hay otra persona en la habitación. No permitas que la otra persona te haga sentir que “debes” algo. Todo esto es un ejercicio que te haces a vos misma.
Animate a sacarte en lugares públicos
Busca una esquina no tan transitada, pero que tenga un poco de onda. Poné el trípode o llevá a tu amigo.
En este paso vas a intentar todo. Vas a buscar que todo se vea bien, no solo vos. Que tu entorno y vos sean parte de la composición fotográfica.
Cuando ya llegues a este paso vas a sentirte muchísimo más cómoda con vos. Ahora tenés que agregar el entorno a lo bello. Anda de a poco, pocas fotos por lugar. Si ves a alguien raro, no te quedes. No tengas miedo de agarrar todo, pegar una vuelta y seguir luego.
Ya para este paso vas a tener la confianza de saber cuando parar, cuando cambiar algo y no vas a tener miedo de equivocarte.